Y poco a poco empezaste a creértelo.
Llegó la adolescencia y el cambio de país. En
aquella época yo ya estaba empezando a decidir más que tu, mi amado torbellino.
Cuanto siento, no haberte dejado seguir llevando las riendas de nuestro destino
y haber permitido que apagaran tu esencia.
Llegaron las miradas extrañas de los
desconocidos, los desprecios, no entendíamos nada. Para algunos una atracción,
para otros rechazo. Pero decidiste salir adelante y si tu madre te decía que había
que ir a jugar con los niños al portal, pues tu ibas. Porque otra cosa no, pero
valiente siempre has sido. Y tu necesitad imperiosa por encajar, provocaron que
olvidases el idioma de tu infancia y te centraste en el nuevo reto. Pais,
idioma, amigos, colegio....
No hubo un solo día en el que tu pobre madre no
te tenía que prometer que si no salías a tu hora del colegio, te iría a buscar.
Una vez, saliste tarde y ahí estaba ella, con su bata azul y sus cholitas.
Siempre cumpliendo sus promesas.
Ir al colegio se convirtió en una mezcla de pesadilla y reto. Cuando miro atrás y te veo, luchando por recuperar tu mochila que habían tirado a lo alto del porche, cuando tus lágrimas corrían por tus mejillas porque un niño te rompió la caja de colores de madera que tanto querías; fue un regalo de despedida de tus amigas de siempre.
Tus golpes, patadas y sacudidas cuando en el
patio del colegio una tarde intentaron abusar de ti. Eras diferente, había que
probar. Todavía te veo, luchando y pensando, bueno si no se lo digo a nadie, es
como si no hubiese pasado. Otra cosa más para meter en la caja y cerrarla. No
pasa nada... recuerda que eres una niña revoltosa, gritona, molesta y si sacas
tu esencia, nadie te va a querer. Pórtate bien!!! Mismos pensamientos cuando al
año siguiente pasó algo similar en las escaleras de casa de tu prima.
Ese cangrejo vivo que pusieron dentro de tu camiseta, por mucho que corrías, el muchacho te sacaba 5 años y mucha velocidad. Hoy cuando, le veo, aun recuerdo cuantas perrerías te hizo. Y pienso que al final todos recibimos nuestro castigo.
Bueno, no siempre conseguiste portarte bien, porque cuando se te metía algo entre ceja y ceja, no había quien te parase. Hay cosas que no cambian.... ¿o no te acuerdas cuando tu madre te dijo que no quería que te pusieras más pendientes en la oreja y tu fuiste a casa de tu amiga y con una pistola y dos hielos te perforó la oreja izquierda.
En carnavales, te dijo tu madre, a las diez en casa y tu llegaste a media noche. ¿Cuántos años tenias? 14? Te esperaba una puerta cerrada y no había llave debajo del felpudo. Tocaste suave y tu madre te abrió la puerta. Con el lógico reproche sobre la hora te llegada, llegó tu respuesta: Yo hago lo que me de la gana!!! Y zasssss te sonaron todas las campanillas. Desafiante te fuiste al sillón y lloraste, lloraste no por el cachete caliente sino por oírla a ella llorar. Nunca antes y nunca después te volvió a dar una cachetada; y mira que diste motivos.....
Y así pasaron los años, y mi amor por ti se apagó. Se hundió debajo de una tonelada de miedos, reproches, odios. Y de culpa, mucha culpa. Culpa por no haber sido buena niña, culpa por no ser tranquila como tu hermana. No eras una buena hija y por eso tu padre se fue. Solo das problemas a tu madre, ella se desloma para que tu tengas un futuro y solo le das quebraderos de cabeza.
Ahora estoy aquí, reconquistándote. Te amo con
toda mi alma y no quiero vivir ni un minuto más sin ti. Porque tu eres la
persona más extraordinaria y maravillosa que he conocido en la vida. Y no voy a
dejar de amarte nunca mas. He necesitado casi 30 años para reencontrarme
contigo. Puedo decir a boca llena que después de haber pasado un año
absolutamente espantoso, lo mejor que he conseguido es recuperar mi amor por
ti.
Me desperté y dije voy a buscar ese gran amor
perdido. Y abrí la gran caja que lleva conmigo toda la vida y saqué el odio, el
miedo, el desprecio, el asco, el abandono, la rabia y los complejos. Y ahí
estabas tu, en el fondo con tus sandalias y tus calcetines, dos coletas flequillo
y una enorme sonrisa. Flaca como un fideo y me abrazaste y dijiste: Yo también
te quiero y te querré siempre.
Entre las dos, llenamos la caja con amor,
alegría, empezamos a pintar, empezamos a cantar y a componer.
Y me dijiste: eres extraordinaria. Tu currículo es impresionante y vales tu peso en oro. Eres capaz de hacer cualquier cosa que te pongan delante y aquel que no sepa apreciarlo, no sabe la joya que pierde.
Y cambiamos el "Tus dedos de los pies parecen los de ET", siempre escondidos en la arena de la playa por "me pasaría la vida pesándote los pies" .
Y cambiamos el "mas blanca y encandilas", por "brillas con luz propia".
Y cambiamos el "que gorda estás" por
"amo cada curva de este cuerpo, cada estría, cada lunar, cada peca, cada
arruga.
Y el miedo se disipó.... Ahora vamos a la playa y no me importa sacarme una foto en bikini, juego con mis amados niños sin miedo a que se me mueva mucho el pecho o se me enrosque la braga debajo de la lorza. Porque la amo, amo mi lorza con locura.
Ahora que estamos juntas, reímos sin miedo, cantamos delante de la gente, pintamos y lo más importante. VIVIMOS....
Te quiero hasta el infinito.