miércoles, 14 de octubre de 2020

Al fin te encontré.. amor de mi vida 💜

Te conozco desde la mas tierna infancia siempre estabas presente pero nunca me atreví a decirte lo mucho que te amo. En movimiento, cantando, bailando, con una inmensa sonrisa. Tu presencia provocaba risas a la mayoría de los adultos, por tu desparpajo y tu falta de vergüenza. A pesar de la dureza del comienzo de tu existencia, te resistías a perder la alegría. Sacarle una sonrisa a tu madre, era tu objetivo principal, hay que ver en cuantos lios te metiste por no hacer caso. Empezaste a crecer y empezaron las ordenanzas de tus abuelos. Las niñas no silban, las niñas no hablan en la mesa, no corras, no cantes. ¿Para qué pintas? Un zurdo no puede pintar bien. Una perreta de niña chica se catalogaba con la expresión: "Controla al demonio que llevas dentro". Deja de comer, estas gorda. 

Y poco a poco empezaste a creértelo. 

Llegó la adolescencia y el cambio de país. En aquella época yo ya estaba empezando a decidir más que tu, mi amado torbellino. Cuanto siento, no haberte dejado seguir llevando las riendas de nuestro destino y haber permitido que apagaran tu esencia. 

Llegaron las miradas extrañas de los desconocidos, los desprecios, no entendíamos nada. Para algunos una atracción, para otros rechazo. Pero decidiste salir adelante y si tu madre te decía que había que ir a jugar con los niños al portal, pues tu ibas. Porque otra cosa no, pero valiente siempre has sido. Y tu necesitad imperiosa por encajar, provocaron que olvidases el idioma de tu infancia y te centraste en el nuevo reto. Pais, idioma, amigos, colegio....

No hubo un solo día en el que tu pobre madre no te tenía que prometer que si no salías a tu hora del colegio, te iría a buscar. Una vez, saliste tarde y ahí estaba ella, con su bata azul y sus cholitas. Siempre cumpliendo sus promesas.

Ir al colegio se convirtió en una mezcla de pesadilla y reto. Cuando miro atrás y te veo, luchando por recuperar tu mochila que habían tirado a lo alto del porche, cuando tus lágrimas corrían por tus mejillas porque un niño te rompió la caja de colores de madera que tanto querías; fue un regalo de despedida de tus amigas de siempre. 

Tus golpes, patadas y sacudidas cuando en el patio del colegio una tarde intentaron abusar de ti. Eras diferente, había que probar. Todavía te veo, luchando y pensando, bueno si no se lo digo a nadie, es como si no hubiese pasado. Otra cosa más para meter en la caja y cerrarla. No pasa nada... recuerda que eres una niña revoltosa, gritona, molesta y si sacas tu esencia, nadie te va a querer. Pórtate bien!!! Mismos pensamientos cuando al año siguiente pasó algo similar en las escaleras de casa de tu prima.

Ese cangrejo vivo que pusieron dentro de tu camiseta, por mucho que corrías, el muchacho te sacaba 5 años y mucha velocidad. Hoy cuando, le veo, aun recuerdo cuantas perrerías te hizo. Y pienso que al final todos recibimos nuestro castigo.

Bueno, no siempre  conseguiste portarte bien, porque cuando se te metía algo entre ceja y ceja, no había quien te parase. Hay cosas que no cambian.... ¿o no te acuerdas cuando tu madre te dijo que no quería que te pusieras más pendientes en la oreja y tu fuiste a casa de tu amiga y con una pistola y dos hielos te perforó la oreja izquierda.

En carnavales, te dijo tu madre, a las diez en casa y tu llegaste a media noche. ¿Cuántos años tenias? 14? Te esperaba una puerta cerrada y no había llave debajo del felpudo. Tocaste suave y tu madre te abrió la puerta. Con el lógico reproche sobre la hora te llegada, llegó tu respuesta: Yo hago lo que me de la gana!!! Y zasssss te sonaron todas las campanillas. Desafiante te fuiste al sillón y lloraste, lloraste no por el cachete caliente sino por oírla a ella llorar. Nunca antes y nunca después te volvió a dar una cachetada; y mira que diste motivos.....

Y así pasaron los años, y mi amor por ti se apagó. Se hundió debajo de una tonelada de miedos, reproches, odios. Y de culpa, mucha culpa. Culpa por no haber sido buena niña, culpa por no ser tranquila como tu hermana. No eras una buena hija y por eso tu padre se fue. Solo das problemas a tu madre, ella se desloma para que tu tengas un futuro y solo le das quebraderos de cabeza. 

Ahora estoy aquí, reconquistándote. Te amo con toda mi alma y no quiero vivir ni un minuto más sin ti. Porque tu eres la persona más extraordinaria y maravillosa que he conocido en la vida. Y no voy a dejar de amarte nunca mas. He necesitado casi 30 años para reencontrarme contigo. Puedo decir a boca llena que después de haber pasado un año absolutamente espantoso, lo mejor que he conseguido es recuperar mi amor por ti. 

Me desperté y dije voy a buscar ese gran amor perdido. Y abrí la gran caja que lleva conmigo toda la vida y saqué el odio, el miedo, el desprecio, el asco, el abandono, la rabia y los complejos. Y ahí estabas tu, en el fondo con tus sandalias y tus calcetines, dos coletas flequillo y una enorme sonrisa. Flaca como un fideo y me abrazaste y dijiste: Yo también te quiero y te querré siempre. 

Entre las dos, llenamos la caja con amor, alegría, empezamos a pintar, empezamos a cantar y a componer. 

Y me dijiste: eres extraordinaria. Tu currículo es impresionante y vales tu peso en oro. Eres capaz de hacer cualquier cosa que te pongan delante y aquel que no sepa apreciarlo, no sabe la joya que pierde.   

Y cambiamos el "Tus dedos de los pies parecen los de ET", siempre escondidos en la arena de la playa por "me pasaría la vida pesándote los pies" . 

Y cambiamos el "mas blanca y encandilas", por "brillas con luz propia". 

Y cambiamos el "que gorda estás" por "amo cada curva de este cuerpo, cada estría, cada lunar, cada peca, cada arruga. 

 Y el miedo se disipó.... Ahora vamos a la playa y no me importa sacarme una foto en bikini, juego con mis amados niños sin miedo a que se me mueva mucho el pecho o se me enrosque la braga debajo de la lorza. Porque la amo, amo mi lorza con locura. 

Ahora que estamos juntas, reímos sin miedo, cantamos delante de la gente, pintamos y lo más importante. VIVIMOS....

Te quiero hasta el infinito. 



miércoles, 7 de octubre de 2020

Yo tengo un amigo

Yo tengo un amigo, un amigo de los buenos, de los auténticos. De aquellos que, aunque no veas en un siglo, cuando lo ves es como si lo hubieses visto ayer y todo es diversión y felicidad. Ese amigo, que conociste en tu ajetreado caos laboral y que cuando lo conociste, fue como amor a primera vista. Todavía me acuerdo de acercarme a ti que estabas en el mostrador esperando a que alguien te atendiera. Yo aun no había empezado a trabajar, pero me hacía mucha ilusión conocerte. 

Desde entonces, unas veces más, unas veces menos, siempre hemos estado en contacto. En los malos tiempos, entendiste sin rencor que yo necesitaba mi soledad. Pero siempre supimos que, pasara lo que pasase, podíamos contar el uno con el otro. 

Ahora me enfrento a la amargura de aceptar que en breve te marcharás. Después de aferrarte a la vida, pelear como un león, estás cansado de seguir. Tu instinto te dice que no mas... "el ratito que queda, lo quiero disfrutar.

Y yo me enfado con mi amigo porque pienso: peleaaaaa, joderrrrr pelea que te necesitamos!!!! Y así te lo hice saber. En serioooo? No vas a pelear?? Vas a quedarte a las puertas de ver el sueño de tu vida cumplido. Mi mente presa del pánico me repite: Pues no lo entiendo, pues no lo entiendo....

Reuní la valentía y te mandé un mensaje con un "consejo no solicitado" que tu escuchaste con la paciencia y el amor que te caracteriza. Te imagino, después de haber oído los 5 minutos de mi mensaje, te levantaste, quizás te pusiste una taza de té o agua, asomaste tu hocico por la ventana, encendiste "ein Zigarettchen" y después me mandaste tu respuesta.  Me regalaste 17 minutos de tu voz pero solo me hicieron falta oír 4 para cambiar de opinión. 

Hay que ver... que egoísta soy. ¿y que derecho tengo yo de pedirte que luches? Pasar por el infierno para quizás disfrutar un ratito más del paraíso. No, cariño, no es justo. Y me llevo como regalo, el convencimiento que nadie tiene derecho de decidir por la vida de nadie. No tenemos derecho a no dejar ir a las personas cuando ellos quieran. 

No puedo expresar con palabras lo triste que estoy ahora mismo, escribo para apaciguar el dolor, la pena que siento porque te apagas. 

Pero ya esta! Alegriaaaaa alegría, que todavía tenemos mucho tiempo para hacer Apfelkuchen y para que yo vaya a verte en caravana. 

Y quiero que sepas que ya no pienso que te quedas en las puertas de ver tu sueño cumplido, porque ya lo has hecho. Has tenido la valentía que a muchos nos falta para perseguir tus sueños y solo por eso, ya eres un héroe. 

Y al final del camino, estaré contigo, porque tu, querido mío,.. Tu eres mi amigo 💙

Flor de lis significa, o más bien, representa la pureza, la luz, la nobleza, la generosidad, el honor y el sentido de la perfección

Justo lo que tu representas. 




sábado, 3 de octubre de 2020

La excepción de la regla

Uno de cada diez jefes sufren acoso laboral por parte de un subalterno. A ese 1 hay que tratarle igual que al resto. Hay que tratarle con respeto y darle la presunción de inocencia hasta que se demuestre lo contario.

Si eres jefe y vas al médico con un ataque de ansiedad porque estas siendo acosado por un subalterno, no es justo que el médico ponga en duda lo que le estás contando. El médico ha de ser imparcial. 
Si tu eres un superior y vas a tus superiores pidiendo socorro, aunque seas la excepción de la regla, dale el beneficio de la duda. Preocúpate por él, intenta entenderle. No le pidas informes o cosas para que sienta que le importas y luego le ignoras. Siempre habrá dos versiones y siempre se creerá primero al subalterno. Pero existe, la excepción de la regla, existe. 
Y quien la sufre, la sufre con mucha dureza. Porque nadie te cree. 80 subalternos contra 1 jefe. La unión hace la fuerza y con pequeños desplantes y falta de respeto, hacen que el miedo aumente. Y te preguntas: será verdad que lo hago tan mal? Será verdad que soy un monstruo?

Comienzan con pequeños detalles. Pides un café y no te lo ponen, no te atreves a insistir porque si lo haces, dicen que eres mal educado. Das los buenos días y no recibes respuesta. Das una orden al jefe directo del subalterno y éste hace caso omiso. Ya no te atreves a dirigirte a nadie directamente, vas al superior directo y éste, para quedar bien con todos, arregla todo con "el gran jefe dice que". En vez de asumir su responsabilidad, es mejor quedar de colega  con tu equipo y que el malo sea otro.
Y pasan los días y ves como el subalterno se burla de ti, pasa por tu lado a sabiendas que le estás esperando y se ríe. Huyes, evitas cualquier contacto con el personal. Cada vez que te toca cumplir con tus obligaciones, sientes como se te encoge el estómago. Y la gente que está acostumbrada a tu inmensa sonrisa y tu buen humor te preguntan, qué le pasa que está tan triste. La cara, al fin y al cabo siempre será el espejo del alma. 

Hablas con tu jefe y no ocurre nada. Subes de rango, porque crees que los recursos humanos sirven para ayudar, pero solo recibes palabras vacías, falta de interés y silencio. 

Pero cuando la subalterna dice que es ella quien sufre acoso por el superior, todos se alborotan, todos se ponen en alerta máxima. Y se crea un comité de investigación y te interrogan como si fueras delincuente. Y ya tu llevas un año reportando incidentes, notificando faltas de respeto. Y se hace el silencio. Una palmadita en la espalda, un piropo y ahí te quedas con tus miedos y tus dudas. 

Siempre pensé que las normas están para cumplirlas, siempre he creído que el orden y la disciplina son fundamentales para que una empresa fluya. Si pasan 20 personas diferentes por el mismo lugar de trabajo, es imprescindible que existan normas y que se hagan cumplir. Porque si trabajas en el sector servicio, la esencia de todo es que el cliente esté feliz y satisfecho. Para ello es imprescindible que siempre se hagan las cosas de la misma manera. Desde la limpieza de una habitación como la preparación de un cocktail. 

Si representas una marca, representas una imagen. Tu no estas representándote a ti mismo, interpretas un papel. Eres un recepcionista, un camarero o un técnico. Cuando sales al escenario, interpretas un papel. Tienes que dejar detrás de los escenarios tu mal humor, tus problemas o tu descuerdo. Y salir a escena y hacer que tus clientes sean felices y cuenten a sus amigos lo maravilloso que es ese sitio que tu estás visitando. Esto solo se consigue con disciplina, buen ambiente de trabajo y  fundamentalmente con un buen liderazgo. 

No sé en qué momento se evolucionó tanto, que si crees en esto, eres tirando, maltratador y abusas de tu poder. 

Un buen líder debe ayudar a su equipo, debe estar con ellos en las duras y las maduras. Si algo se rompe, hay que remangarse y ayudar. No eres un buen líder si ves a una anciana arrastrando el equipaje y pasas de largo. No eres un buen líder si intentas quedar bien con todo el mundo. No puedes dorarle la píldora al subalterno y al jefe de la misma forma.

Y sobre todo, debes tener fe en tu mano derecha. No ningunearla obligándola a hacer trabajos que no son de su competencia. Debes tratar a tus jefes a todos por igual. Privilegios descarados, envenenan a tu equipo. No les dejes solos en las trincheras, no humilles a tu mano derecha delante de los demás. 

Así muere la pasión por lo que haces, el trabajar se convierte en una pesadilla, en un infierno. Y cuando ya no puedes mas y no eres capaz de bajarte del coche delante de tu trabajo y vas al médico, éste no te cree, porque no saben que existe, aquello que se llama "la excepción de la regla".