lunes, 20 de enero de 2025

El poder del adiós

Si hubiera sabido que aquella iba a ser la última risa, aún estaría diciéndote tonterías.
Si hubiera sabido que aquella iba a ser nuestra última comida juntas,  te hubiera echado ese fisquito de sal que tanto me pedías. 
Si hubiera sabido que ese iba a ser nuestro último café,  hubiera tardado la vida entera en dar el último sorbo. 
Si hubiera sabido que ese iba a ser nuestro último paseito bajo el sol, te hubiera llevado hasta el fin del mundo
Pero la vida, ni avisa ni garantiza. Sólo puedes confiar, recordar y amar. Como tu me has amado cada día de tu vida.



domingo, 15 de septiembre de 2024

Instinto

Y ahí estaba, viendo como tu mirada de deseo atravesaba la bata de raso que elegí minuciosamente para causar justo el efecto que estaba consiguiendo. Una suculenta combinación de color rojo se escondía debajo, cubriendo mi piel de nácar. Descalza en el marcó de la puerta, sintiendo cada latido de tu corazón. Aún a  10 metros de distancia sentía tu erección quemando mi piel, tu respiración se acelera y el deseo se hace incontrolable.
Tu sigues resistiéndote sin éxito,  tengo el poder sobre tus deseos más oscuros. Deseo que me hagas todo lo que tienes oculto en tu mente. Con ansia con anhelo, cada poro te mi piel esta llamándote. 
Me acerco a ti, cojo un hielo y lo deslizo suavemente desde mis labios hasta mi pecho. Sigues inmóvil, como si supieras que al dar el paso, no hay vuelta atrás. Demasiado tiempo escondiendo nuestros sentimientos, demasiado tiempo reprimiendo el deseo de sentirnos. Al fin no hay nada que nos separe, somos uno. El fuego se funde con el hielo y nace un nuevo elemento... la pasión.

El hielo comienza a derretirse, mis pechos turgentes se endurecen, siento tus dedos abriendo mi bata, insignificante prenda que en un breve instante deja al descubierto mi cuerpo. El hielo se evapora, la pasión desenfrenada crece. 

No hay miradas de desprecio, no hay comentarios que me hagan dudar. Miras mi cuerpo de guitarra con ansia, como si estuvieses tocando a la mismísima diosa Andrómeda. Ahora me toca a mi, te desnudo con deseo. Sin prisa pero sin pausa. Al fin puedo contemplar tu cuerpo, reflejo de tu pasado, lleno de cicatrices que tantas veces has ocultado. No son cicatrices en la piel, sino en el alma. Esas que tanto cuesta curar. De repente siento como me levantas en el aire y me aprietas contra tu pecho, nuestros cuerpos sienten una descarga eléctitrica y ya no hay vuelta atrás. 
Me sientas sobre el borde de la mesa, el mundo se ha detenido, solo está ella, vigilante, la que todo ve pero nada juzga. Grandiosa, la torre Eifell nos observa. 

Besos, caricias, jadeos.. de repente estoy en la cama, el éxtasis no me deja pensar, no me deja ver. Eres toda pasión. Me retuerzo de placer, ser tu prioridad es absolutamente excitante. Siento como juegas con mis sentidos, aprietas con fuerza mi pequeña perla, la besas y me masturbas hasta decir basta. No hay placer mayor.... Tu disfrute me excita más aun. 
Te pido que pares, tu mirada se torna en tristeza. Tranquilo... ahora te toca disfrutar a tí. 
En un rápido gesto, eres tú quien está tumbado. Y siento como se apodera de mí el control sobre tu alma. Saboreo tu miembro erecto, suave.. cada vez que paso mi lengua por él, tu respiración se acelera, tu columna se tensa. Abro la boca y saboreo con placer. La primera impresión es deliciosa, con un toque de salado. Me miras, tiras de mi cuerpo y en un plis estoy debajo de ti. No hay tiempo, no hay frio, no hay existencia.... Solo tu y yo. Abro mis piernas y siento como me penetras. Me arqueo hacia atrás, sujetas mis brazos con fuerza mientras tus movimientos hacen que pierda el sentido del tiempo. 

El cansancio se adueña de mí, siento tu cuerpo junto al mío, sé que no habrá una segunda vez, sé que cuando abra los ojos te habrás marchado, no quiero que salga el sol, pues cuando salga, volveremos a la realidad. Tu en tu mundo y yo en el mío. Siento un nudo en el estómago y como por arte de magia o pura conexión, tu me abrazas y me besas en el hombro con suavidad pero con determinación. Con firmeza siento tu poderoso miembro entre mis piernas ladeadas y nuestra respiración comienza a acelerarse, sin prisa pero sin pausa. Esta vez no hay fuego sí calor. No hay ansiedad sí pasion. No hay deseo, sí latidos al unísono. Y me dejo llevar, al menos una vez más, hasta que salga el sol. Toda tuya, todo mío, todo nuestro. 

domingo, 7 de marzo de 2021

Las mujeres de mi árbol

Las mujeres de mi árbol son de raíz firme, tenacidad y lucha. Su coraje ha pasado de generación en generación, logrando que en cada alumbramiento, naciéramos mas fuertes y con la firmeza de sus raíces arraigadas en nuestros genes. 

De las raíces más profundas, recuerdo a las dos, con orgullo y añoranza. Mis dos abuelas, cada cual regalaba amor a raudales a su "particular" manera. Son ellas quienes sacaron adelante a sus hijos. La una, nunca imaginó que llegaría una guerra mundial que la dejase sola , lejos de sus orígenes y lejos de su marido quien luchaba en el frente. Pero ella decidió seguir, no se paró, no pensó en que aquello la superaba. Simplemente agarró a sus retoños y buscó la mejor forma de que pudiesen sobrevivir. Y sobrevivieron, tanto así que en la post-guerra nació el último de tres hermanos. Siempre al servicio de su marido, siempre obediente, siempre correcta y siempre fiel. 

La otra, trabajando de sol para amamantar a sus 8 hijos; bueno, a los suyos y a los que pudiesen tener hambre. Estricta y firme para controlar a tantos chiquillos revoltosos. Sus días eran largos y sus noches cortas; siempre dispuesta, siempre gentil con quien no tenía, siempre honrada. 

Ambas aguantaron con firmeza el hambre, el frío, la soledad; nunca se amedrentaron frente a las adversidades. Y cuando había una pella gofio, pues con eso daba para todos. Milagrosas delante de los fogones y en el hogar. 

Las mujeres de mi árbol que se encaminaban poco a poco rumbo al cambio, se casaron "como dios manda", tuvieron muchos chiquillos e hicieron crecer ramas llenas de mujeres, cada una con su forma de ver la vida, siempre con paso firme, transmitiendo la savia a las nuevas generaciones que llegaron a este mundo para demostrar que no hay nada que se nos puede lograr. 

De las mujeres de mi árbol, me quedo con una, con la que eligió desprenderse de la seguridad de sus raíces y aventurarse en busca de un futuro mejor para su pequeña familia de 4. Sin mirar atrás y a sabiendas que no hablaría con sus hermanas y su madre en mucho tiempo, miró a su futuro con coraje y decisión. Cuan injusta es la vida a veces... y una mañana se quedó lejos de los suyos, sola con sus retoños en un país donde nadie la entendía. Ni su idioma, ni sus sentimientos, ni su forma de ver la vida. Y recordó la fortaleza de sus raíces, se secó la lágrimas y decidió seguir. Y trabajó, trabajó de sol a sol, para poder volver a casa y así, quizás olvidar el mal sueño que le había tocado vivir. 

Vio cumplir su deseo y regresó al hogar a la "comuna de Mamaía" donde siempre siempre había sitio para todos. Y las mujeres de mi árbol se reunieron en torno a su hermana que regresaba tras una década y rieron y cantaron y por un instante, parecía que el tiempo no hubiese pasado. 

Y como es ley de vida, algunas mujeres de mi árbol ya no nos guían de forma presencial, pero siempre de forma espiritual. No hay un día que no riegue las plantas y piense en mi tía Chovia o la felicidad que siento delante de los fogones y recuerdo a Mamaía con su delantal, su cigarrito y su sonrisa.  

Toda las mujeres que forman parte de mi árbol, me han enseñado a no rendirme nunca. Y aunque ninguna fue inventora, científica o la primera comandante de la marina, todas y cada una de ellas han sido, importantes en algo o para alguien.

Este es mi humilde homenaje a todas las maravillosas mujeres que forman el árbol de mi vida. A las que están y las que no, gracias! Pues de toda las mujeres de mi árbol hay savia en mis venas. 






miércoles, 14 de octubre de 2020

Al fin te encontré.. amor de mi vida 💜

Te conozco desde la mas tierna infancia siempre estabas presente pero nunca me atreví a decirte lo mucho que te amo. En movimiento, cantando, bailando, con una inmensa sonrisa. Tu presencia provocaba risas a la mayoría de los adultos, por tu desparpajo y tu falta de vergüenza. A pesar de la dureza del comienzo de tu existencia, te resistías a perder la alegría. Sacarle una sonrisa a tu madre, era tu objetivo principal, hay que ver en cuantos lios te metiste por no hacer caso. Empezaste a crecer y empezaron las ordenanzas de tus abuelos. Las niñas no silban, las niñas no hablan en la mesa, no corras, no cantes. ¿Para qué pintas? Un zurdo no puede pintar bien. Una perreta de niña chica se catalogaba con la expresión: "Controla al demonio que llevas dentro". Deja de comer, estas gorda. 

Y poco a poco empezaste a creértelo. 

Llegó la adolescencia y el cambio de país. En aquella época yo ya estaba empezando a decidir más que tu, mi amado torbellino. Cuanto siento, no haberte dejado seguir llevando las riendas de nuestro destino y haber permitido que apagaran tu esencia. 

Llegaron las miradas extrañas de los desconocidos, los desprecios, no entendíamos nada. Para algunos una atracción, para otros rechazo. Pero decidiste salir adelante y si tu madre te decía que había que ir a jugar con los niños al portal, pues tu ibas. Porque otra cosa no, pero valiente siempre has sido. Y tu necesitad imperiosa por encajar, provocaron que olvidases el idioma de tu infancia y te centraste en el nuevo reto. Pais, idioma, amigos, colegio....

No hubo un solo día en el que tu pobre madre no te tenía que prometer que si no salías a tu hora del colegio, te iría a buscar. Una vez, saliste tarde y ahí estaba ella, con su bata azul y sus cholitas. Siempre cumpliendo sus promesas.

Ir al colegio se convirtió en una mezcla de pesadilla y reto. Cuando miro atrás y te veo, luchando por recuperar tu mochila que habían tirado a lo alto del porche, cuando tus lágrimas corrían por tus mejillas porque un niño te rompió la caja de colores de madera que tanto querías; fue un regalo de despedida de tus amigas de siempre. 

Tus golpes, patadas y sacudidas cuando en el patio del colegio una tarde intentaron abusar de ti. Eras diferente, había que probar. Todavía te veo, luchando y pensando, bueno si no se lo digo a nadie, es como si no hubiese pasado. Otra cosa más para meter en la caja y cerrarla. No pasa nada... recuerda que eres una niña revoltosa, gritona, molesta y si sacas tu esencia, nadie te va a querer. Pórtate bien!!! Mismos pensamientos cuando al año siguiente pasó algo similar en las escaleras de casa de tu prima.

Ese cangrejo vivo que pusieron dentro de tu camiseta, por mucho que corrías, el muchacho te sacaba 5 años y mucha velocidad. Hoy cuando, le veo, aun recuerdo cuantas perrerías te hizo. Y pienso que al final todos recibimos nuestro castigo.

Bueno, no siempre  conseguiste portarte bien, porque cuando se te metía algo entre ceja y ceja, no había quien te parase. Hay cosas que no cambian.... ¿o no te acuerdas cuando tu madre te dijo que no quería que te pusieras más pendientes en la oreja y tu fuiste a casa de tu amiga y con una pistola y dos hielos te perforó la oreja izquierda.

En carnavales, te dijo tu madre, a las diez en casa y tu llegaste a media noche. ¿Cuántos años tenias? 14? Te esperaba una puerta cerrada y no había llave debajo del felpudo. Tocaste suave y tu madre te abrió la puerta. Con el lógico reproche sobre la hora te llegada, llegó tu respuesta: Yo hago lo que me de la gana!!! Y zasssss te sonaron todas las campanillas. Desafiante te fuiste al sillón y lloraste, lloraste no por el cachete caliente sino por oírla a ella llorar. Nunca antes y nunca después te volvió a dar una cachetada; y mira que diste motivos.....

Y así pasaron los años, y mi amor por ti se apagó. Se hundió debajo de una tonelada de miedos, reproches, odios. Y de culpa, mucha culpa. Culpa por no haber sido buena niña, culpa por no ser tranquila como tu hermana. No eras una buena hija y por eso tu padre se fue. Solo das problemas a tu madre, ella se desloma para que tu tengas un futuro y solo le das quebraderos de cabeza. 

Ahora estoy aquí, reconquistándote. Te amo con toda mi alma y no quiero vivir ni un minuto más sin ti. Porque tu eres la persona más extraordinaria y maravillosa que he conocido en la vida. Y no voy a dejar de amarte nunca mas. He necesitado casi 30 años para reencontrarme contigo. Puedo decir a boca llena que después de haber pasado un año absolutamente espantoso, lo mejor que he conseguido es recuperar mi amor por ti. 

Me desperté y dije voy a buscar ese gran amor perdido. Y abrí la gran caja que lleva conmigo toda la vida y saqué el odio, el miedo, el desprecio, el asco, el abandono, la rabia y los complejos. Y ahí estabas tu, en el fondo con tus sandalias y tus calcetines, dos coletas flequillo y una enorme sonrisa. Flaca como un fideo y me abrazaste y dijiste: Yo también te quiero y te querré siempre. 

Entre las dos, llenamos la caja con amor, alegría, empezamos a pintar, empezamos a cantar y a componer. 

Y me dijiste: eres extraordinaria. Tu currículo es impresionante y vales tu peso en oro. Eres capaz de hacer cualquier cosa que te pongan delante y aquel que no sepa apreciarlo, no sabe la joya que pierde.   

Y cambiamos el "Tus dedos de los pies parecen los de ET", siempre escondidos en la arena de la playa por "me pasaría la vida pesándote los pies" . 

Y cambiamos el "mas blanca y encandilas", por "brillas con luz propia". 

Y cambiamos el "que gorda estás" por "amo cada curva de este cuerpo, cada estría, cada lunar, cada peca, cada arruga. 

 Y el miedo se disipó.... Ahora vamos a la playa y no me importa sacarme una foto en bikini, juego con mis amados niños sin miedo a que se me mueva mucho el pecho o se me enrosque la braga debajo de la lorza. Porque la amo, amo mi lorza con locura. 

Ahora que estamos juntas, reímos sin miedo, cantamos delante de la gente, pintamos y lo más importante. VIVIMOS....

Te quiero hasta el infinito. 



miércoles, 7 de octubre de 2020

Yo tengo un amigo

Yo tengo un amigo, un amigo de los buenos, de los auténticos. De aquellos que, aunque no veas en un siglo, cuando lo ves es como si lo hubieses visto ayer y todo es diversión y felicidad. Ese amigo, que conociste en tu ajetreado caos laboral y que cuando lo conociste, fue como amor a primera vista. Todavía me acuerdo de acercarme a ti que estabas en el mostrador esperando a que alguien te atendiera. Yo aun no había empezado a trabajar, pero me hacía mucha ilusión conocerte. 

Desde entonces, unas veces más, unas veces menos, siempre hemos estado en contacto. En los malos tiempos, entendiste sin rencor que yo necesitaba mi soledad. Pero siempre supimos que, pasara lo que pasase, podíamos contar el uno con el otro. 

Ahora me enfrento a la amargura de aceptar que en breve te marcharás. Después de aferrarte a la vida, pelear como un león, estás cansado de seguir. Tu instinto te dice que no mas... "el ratito que queda, lo quiero disfrutar.

Y yo me enfado con mi amigo porque pienso: peleaaaaa, joderrrrr pelea que te necesitamos!!!! Y así te lo hice saber. En serioooo? No vas a pelear?? Vas a quedarte a las puertas de ver el sueño de tu vida cumplido. Mi mente presa del pánico me repite: Pues no lo entiendo, pues no lo entiendo....

Reuní la valentía y te mandé un mensaje con un "consejo no solicitado" que tu escuchaste con la paciencia y el amor que te caracteriza. Te imagino, después de haber oído los 5 minutos de mi mensaje, te levantaste, quizás te pusiste una taza de té o agua, asomaste tu hocico por la ventana, encendiste "ein Zigarettchen" y después me mandaste tu respuesta.  Me regalaste 17 minutos de tu voz pero solo me hicieron falta oír 4 para cambiar de opinión. 

Hay que ver... que egoísta soy. ¿y que derecho tengo yo de pedirte que luches? Pasar por el infierno para quizás disfrutar un ratito más del paraíso. No, cariño, no es justo. Y me llevo como regalo, el convencimiento que nadie tiene derecho de decidir por la vida de nadie. No tenemos derecho a no dejar ir a las personas cuando ellos quieran. 

No puedo expresar con palabras lo triste que estoy ahora mismo, escribo para apaciguar el dolor, la pena que siento porque te apagas. 

Pero ya esta! Alegriaaaaa alegría, que todavía tenemos mucho tiempo para hacer Apfelkuchen y para que yo vaya a verte en caravana. 

Y quiero que sepas que ya no pienso que te quedas en las puertas de ver tu sueño cumplido, porque ya lo has hecho. Has tenido la valentía que a muchos nos falta para perseguir tus sueños y solo por eso, ya eres un héroe. 

Y al final del camino, estaré contigo, porque tu, querido mío,.. Tu eres mi amigo 💙

Flor de lis significa, o más bien, representa la pureza, la luz, la nobleza, la generosidad, el honor y el sentido de la perfección

Justo lo que tu representas. 




sábado, 3 de octubre de 2020

La excepción de la regla

Uno de cada diez jefes sufren acoso laboral por parte de un subalterno. A ese 1 hay que tratarle igual que al resto. Hay que tratarle con respeto y darle la presunción de inocencia hasta que se demuestre lo contario.

Si eres jefe y vas al médico con un ataque de ansiedad porque estas siendo acosado por un subalterno, no es justo que el médico ponga en duda lo que le estás contando. El médico ha de ser imparcial. 
Si tu eres un superior y vas a tus superiores pidiendo socorro, aunque seas la excepción de la regla, dale el beneficio de la duda. Preocúpate por él, intenta entenderle. No le pidas informes o cosas para que sienta que le importas y luego le ignoras. Siempre habrá dos versiones y siempre se creerá primero al subalterno. Pero existe, la excepción de la regla, existe. 
Y quien la sufre, la sufre con mucha dureza. Porque nadie te cree. 80 subalternos contra 1 jefe. La unión hace la fuerza y con pequeños desplantes y falta de respeto, hacen que el miedo aumente. Y te preguntas: será verdad que lo hago tan mal? Será verdad que soy un monstruo?

Comienzan con pequeños detalles. Pides un café y no te lo ponen, no te atreves a insistir porque si lo haces, dicen que eres mal educado. Das los buenos días y no recibes respuesta. Das una orden al jefe directo del subalterno y éste hace caso omiso. Ya no te atreves a dirigirte a nadie directamente, vas al superior directo y éste, para quedar bien con todos, arregla todo con "el gran jefe dice que". En vez de asumir su responsabilidad, es mejor quedar de colega  con tu equipo y que el malo sea otro.
Y pasan los días y ves como el subalterno se burla de ti, pasa por tu lado a sabiendas que le estás esperando y se ríe. Huyes, evitas cualquier contacto con el personal. Cada vez que te toca cumplir con tus obligaciones, sientes como se te encoge el estómago. Y la gente que está acostumbrada a tu inmensa sonrisa y tu buen humor te preguntan, qué le pasa que está tan triste. La cara, al fin y al cabo siempre será el espejo del alma. 

Hablas con tu jefe y no ocurre nada. Subes de rango, porque crees que los recursos humanos sirven para ayudar, pero solo recibes palabras vacías, falta de interés y silencio. 

Pero cuando la subalterna dice que es ella quien sufre acoso por el superior, todos se alborotan, todos se ponen en alerta máxima. Y se crea un comité de investigación y te interrogan como si fueras delincuente. Y ya tu llevas un año reportando incidentes, notificando faltas de respeto. Y se hace el silencio. Una palmadita en la espalda, un piropo y ahí te quedas con tus miedos y tus dudas. 

Siempre pensé que las normas están para cumplirlas, siempre he creído que el orden y la disciplina son fundamentales para que una empresa fluya. Si pasan 20 personas diferentes por el mismo lugar de trabajo, es imprescindible que existan normas y que se hagan cumplir. Porque si trabajas en el sector servicio, la esencia de todo es que el cliente esté feliz y satisfecho. Para ello es imprescindible que siempre se hagan las cosas de la misma manera. Desde la limpieza de una habitación como la preparación de un cocktail. 

Si representas una marca, representas una imagen. Tu no estas representándote a ti mismo, interpretas un papel. Eres un recepcionista, un camarero o un técnico. Cuando sales al escenario, interpretas un papel. Tienes que dejar detrás de los escenarios tu mal humor, tus problemas o tu descuerdo. Y salir a escena y hacer que tus clientes sean felices y cuenten a sus amigos lo maravilloso que es ese sitio que tu estás visitando. Esto solo se consigue con disciplina, buen ambiente de trabajo y  fundamentalmente con un buen liderazgo. 

No sé en qué momento se evolucionó tanto, que si crees en esto, eres tirando, maltratador y abusas de tu poder. 

Un buen líder debe ayudar a su equipo, debe estar con ellos en las duras y las maduras. Si algo se rompe, hay que remangarse y ayudar. No eres un buen líder si ves a una anciana arrastrando el equipaje y pasas de largo. No eres un buen líder si intentas quedar bien con todo el mundo. No puedes dorarle la píldora al subalterno y al jefe de la misma forma.

Y sobre todo, debes tener fe en tu mano derecha. No ningunearla obligándola a hacer trabajos que no son de su competencia. Debes tratar a tus jefes a todos por igual. Privilegios descarados, envenenan a tu equipo. No les dejes solos en las trincheras, no humilles a tu mano derecha delante de los demás. 

Así muere la pasión por lo que haces, el trabajar se convierte en una pesadilla, en un infierno. Y cuando ya no puedes mas y no eres capaz de bajarte del coche delante de tu trabajo y vas al médico, éste no te cree, porque no saben que existe, aquello que se llama "la excepción de la regla".






sábado, 11 de julio de 2020

Amistad

Y me desperté un día y me di cuenta que se me había olvidado por qué me enfadé contigo, por qué decidí echarte de mi vida. Entonces me asaltaron las dudas sobre si tu sentirías lo mismo. Hicieron falta 10 meses y muchas pruebas en el camino hasta que decidí que ya era hora de decirte hola. Y volvieron los recuerdos, tantos buenos ratos que pasamos juntas... Buenos y malos ratos que nos hicieron más que amigas, hermanas o madre e hija (no te enfades, te lo digo con cariño y sin acritud jajaja).
Después de cinco años nos hemos visto y ha sido muy bonito. Hemos cambiado, cinco años dan para eso y para más, pero ha sido como si no hubieran pasado. Ahora estoy en casa recordando lo bien que nos lo pasabamos, alguna que otra locura que hicimos y tantos buenos momentos. Mira que éramos capaces de pasarlo de escándalo. No creo que haya muchas amigas que después de una noche de carnaval se desayunan pimientos, chorizos y huevos fritos... Sin remordimiento alguno. 

Ya no creo que no soy lo suficientemente inteligente para jugar al trivial, ya no me invento excusas para no ir a la playa con el grupo porque sentía que molestaba. Cuanto más me ligaba al trabajo, más sentía que te abandonaba. El sentimiento de culpabilidad por no ir al Jamaica por las tardes me ahogaba, pero yo tenía que demostrar que podía con todo.. Con mi trabajo, con lo perra paralítica, con mis amigos, mi familia. Complacer y cumplir con todos era mi misión. 

El temor a ser rechazada o a no ser lo que los demás esperan de mí, hace algún que otro sufrimiento que murieron y tengo la certeza total que si te apetece formar parte de mi vida será porque tu siempre me quisiste y aceptaste como soy. 
INTENSA y única. 
Te quiero mucho Maria Pía 💜💜💜